
Desde hace un rato he estado un duro trabajo conmigo, un trabajo que consiste en mirar a fondo, en tratar de comprender, en tratar de poner en orden, entre muchas otras cosas...
No sé si te haya sucedido esto; estar tratando de arreglar un cajón o un armario con cientos de cosas en él. Conforme lo abres te encuentras con muchísimas cosas inservibles que te ayudan a pensar en las verdaderas razones por las que aún tienes todo eso. Te encuentras con cosas valiosas que habías perdido de vista y siguen siendo tan buenas como las recordabas, y de ellas algunas sirven y otras ya no.
Digamos que estoy organizando un gran armario. Durante mucho tiempo sólo he ido acumulando cosas inútiles, además de cosas de las típicas que no quieres tener a la vista, y por supuesto al frente han quedado varios artículos y prendas de uso continuo ya sea porque cubren lo que se requiere al momento o porque me disfrazan para diferentes ocasiones y escenarios.
En este sacar y seleccionar, sigo queriendo guardar algunas cosas no porque sean muy buenas o valgan la pena, sino porque ya me acostumbré a tenerlas por ahí. Por otra parte me he dado cuenta de las malas costumbres al organizar y constantemente se me antoja que alguien me ayude a alcanzar la parte de hasta arriba porque no alcanzo todo o para moverlo es demasiado pesado, pero estoy procurando traer conmigo o conseguir durante la tarea una escalera para ir más alto, planear para que no se me venga todo encima, y buscar la mejor linterna para las partes oscuras.
Como sea, conforme saco y voy acomodando en útil , utilizable (aunque sea después, pero que de verdad lo sea con unos cuantos ajustes) e inútil muchas de estas cosas me han hecho un listado de ideas sueltas:
- ¿Qué tanto es demasiado?
- ¿Qué si y que no?
- Para saber el mañana hay que mirar el ahora
- Hay cosas que nunca cambian, y otras que sí pueden cambiar
- Sólo la verdad nos hará libres
- Somos parte de un todo
- Todo esto, yo elegí tenerlo
- Si hay tantas herramientas, ¿por qué no lo hago?
- No está tan mal dejarlo ir
- No necesito esto
- De regreso a lo básico
- El silencio tiene más respuestas de las que pensé
- Buscar la respuesta a todas mis preguntas
- Al final del día yo soy mi juez
- No conocía esta verdad
- Ver más allá de lo particular
- Lo que no acomode ahora, lo llevaré conmigo a otras partes
- Los problemas sólo son situaciones
- No todo tiene que ser perfecto mientras sea honesto
- El futuro está sólo un instante adelante del que vivo ahora
- Todo lo que pienso lo estoy programando para mí, sea bueno o malo
- Un rayo de claridad no ilumina toda la situación
- Gracias
- ...entre muchas otras, pero sobre todo GRACIAS
hola
ResponderEliminarLa verdad es que eso me pasa continuamente. No lo de filosofear mientras arreglo mis cajones (jeje) sino lo de guardar cosas inutiles, y en ese momento ponerme a pensar porque las guardo ahí. Quizás no las tiro porque son recuerdos, recuerdos que no sirven para nada mas que ocupar espacio.
Despues de ese momento, me paro a pensar que recuerdos guardan, y si el recuerdo es algo vago, o tampoco es muy importante pues, puerta.
xao
Buenísimo lo de "pues puerta", te lo robaré.
ResponderEliminarSi normalmente uno guarda sus cosas por algún significado, nada más que a veces vale la pena analizar bien qué significan.
Saludos.
Dicen que donde no hay orden no se pueden tomar decisiones. Dicen que para eso sirven las meditaciones y no es nada de cosas místicas, simplemente cuando no sepamos qué hacer hay que sentarse en un lugar tranquilo, cerrar los ojos y esforzarnos por no pensar en nada... dejar la mente en blanco y que entonces las respuestas vendrán por sí solas... No lo he intentado ¿servirá?
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