17.12.09

Mi estrella

Encontré una piedra... Por algún motivo la guardé en mi bolsillo, mucho tiempo me acompañó en diferentes aventuras.

Un día la saqué y entre mis manos observé un pequeño destello emanar de ella. Al ver esto me pregunté si la había conservado porque ví esa luz brillar y no la observé realmente. Entonces decidí tratar de limpiarla. Por días la tallé... y al paso del tiempo su cubierta se hizo menos áspera, sin embargo, noté que algo faltaba para obtener el brillo completo de aquello que entonces parecía la promesa de una maravilla.

Conforme pasaban más días me dí cuenta de que no conseguía lo esperado y fue entonces cuando noté que eran mis habilidades para sacar lo mejor de esta piedra las que hacían falta. Fue entonces que busqué como aprender el arte que requería para obtener lo que ahora tanto anhelaba.

En este aprendizaje entendí que necesitaba dedicación, fuerza y al mismo tiempo delicadeza para lograr mi cometido, pero especialmente era necesario hacer mi trabajo con todo el amor que pudiera encontrar dentro de mí.

Los días se convirtieron en semanas, y cuando miré atrás años habían transcurrido desde el día en que me dí cuenta de la luz de esto que ahora se había convertido en mi gran maestro.

Algún tiempo después tuve entre mis manos el más luminoso brillante. Este era sin duda un pedazo de estrella que cayó del cielo para iluminarme no sólo con la luz que ahora me regalaba sino a través del proceso que debí andar para entender como se trata a una estrella.

Tan grande es el amor, cuidado y dedicación que puse en trabajar mi estrella que una vez completada mi tarea la puse en mi corazón, el cual abrió sus puertas de par en par recibirla con gusto. Esta estrella que me acompaña día y noche iluminando mi vida, me ha enseñado a leer otras de su tipo, y es por ello que se ha convertido en mi más preciado tesoro.

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